A propósito de una columna escrita
por Jorge Yarce, publicada en el Blog de EL Tiempo.
Describe el columnista a quienes
el considera son el arquetipo de la tolerancia y desde ahí es claro que está catalogando
una suerte de individuos, según su parecer de “izquierda,
escépticos, relativistas, ateos practicantes, revolucionarios”.
Nada que ver con las personas
tolerantes socialmente.
Se es tolerante cuando se
respetan los derechos y las ideas ajenas, se esté de acuerdo o no con ellas, en
aras de alcanzar una coexistencia pacífica. No tiene nada que ver con su
religión, fe o ausencia de ella. Como tampoco implica que se sea ajeno a
ideologías o indiferente a ellas.
Ser tolerante no es, pero ni
remotamente, no estar comprometido con una causa; ni significa que se carezca
de una base ideológica, al contrario, implica la defensa de ideales propios,
por medio de la dialéctica y la argumentación, sin recurrir por ningún motivo a
la violencia, el insulto, la descalificación o el desprecio contra quienes no
compartan sus ideas.
Quiere decir que quien es tolerante
se identifica con ideales de paz y justicia social, respeto por los derechos
ajenos y búsqueda pacífica de la resolución de conflictos. El tolerante puede
ser humanista, quizá liberal o practicar una religión como la del Islam o la
católica cristiana (Cristo fue ejemplo de tolerancia a pesar de la férrea
defensa de sus ideales).
No califica como tolerante quien
calumnia, injuria o ataca con rumores o dichos una persona, porque no comparta
o difiera de sus ideas o ideales.
Tolerancia implica el respeto y
la defensa las libertades individuales, en todos sus aspectos. Y por supuesto
entre ellas la libertad de opinar y difundir el pensamiento siempre dentro de
los cánones del respeto mutuo, o la libertad de conciencia o de orientación
sexual.
La tolerancia no es un título que
se imponga a una persona, ni que pueda ésta autonombrarse tal según sus
intereses; es resultado de un conjunto coherente de actitudes en relación con
su vida y la de los demás.
Tiene razón en cuanto que la
tolerancia social fue base del pensamiento liberal y acerca de ella uno de los
más valiosos pronunciamientos lo constituyó la “Carta sobre la Tolerancia” de
Locke y fueron los filósofos de la ilustración quienes la asociaron al progreso
social, anotando que éste sólo es posible cuando proliferan ideas divergentes
en un marco de respeto.
Así las cosas, supongo que eligió
mal el término, pues describe precisamente a un grupo de personas intolerantes
e hipócritas que quieren por cualquier medio y a cualquier costo, incluso
calumniando, hacer valer sus ideas por encima de las de los demás.
@HectorFrancoJ