Inaceptable resulta la columna de Francisco J. Saldarriaga A. quien utiliza a los motociclistas como ejemplo de maldad, intolerancia, abusos y desmanes:
"Nos topamos con aquellos que se saltan la fila e irrespetan los derechos ajenos, en fin, actúan como las plagas de motociclistas en las ciudades que: conducen a la ofensiva, se llevan los retrovisores, atropellan a los peatones al subirse a los andenes para eludir la fila de carros, se saltan los semáforos, como resultado de sus acciones, incrementan la accidentalidad y, para colmo, el conductor de un vehículo que tiene el infortunio de lesionar, sin responsabilidad al infractor, se ve en calzas prietas ante la ley que, con más frecuencia de lo que debería, castiga al del automóvil basándose en la diferencia de protección entre el loquito y el del automóvil. Estos individuos, los motociclistas, hacen plantones, generan caos y protestan sin razón, cuando por sus acciones imprudentes les quieren aplicar la ley".
Además de calumniosa ayuda a extender el estigma de que el motociclista es un criminal sin freno, generalizando e ignorando que miles de nosotros somos personas honestas, respetuosas de las leyes, con espíritu libre pero con respeto por nuestros conciudadanos.
Es una aberración discriminatoria que un medio de la calidad de El Colombiano no debería permitir, por más que se trate de una opinión de un columnista, porque ella se verá reflejada en cientos o miles de personas que creerán, por su culpa, que somos criminales y extiende el estigma y la intolerancia hacia nosotros que llevamos años luchando por limpiar esa imagen.
Imagen que las mismas autoridades públicas aprovechan para hacer recaer sobre nosotros cargas que los demás ciudadanos no soportan y normas inconstitucionales que violan nuestros derechos fundamentales.
Ser motociclista es un estilo de vida, respetuoso de las leyes y de las normas de tránsito, humanista y colaborador, muchos defendemos los derechos humanos y el derecho a una mejor calidad de vida, entre otras cosas.
Aceptar ese tipo de columnas, de claro corte fascista, desdibuja un medio que ha sido el adalid de la opinión pública en Antioquia y en el país.
Héctor Ignacio Franco Jaramillo
Abogado